El tráfico oficial de esclavos se redujo en La Española después de los 1560s

No conocemos ninguna información publicada sobre la llegada de negros a La Española durante los quince años que siguieron después de 1560. Para 1583 una reunión de miembros del Ayuntamiento de Santo Domingo y un enviado de la Corona, al evaluar las exportaciones e importaciones de la colonia para determinar cuánto de un nuevo impuesto los colonos podían pagar, siguiendo las órdenes del rey, para financiar los costos de un escuadrón naval enviado para defender la isla, estimó que aproximadamente 300 negros eran llevados a La Española cada año a través de sus puertos. La evaluación parece referirse a los negros esclavizados importados legalmente o bajo el control oficial de las autoridades. Si la tendencia se mantuvo, digamos, durante toda la década, implicaría una llegada de unos 3000 esclavos solo a través del comercio legal durante la década de 1580, más los números indeterminados que probablemente llegaban a través del creciente comercio de contrabando. [1]

Para 1585, algunas voces coloniales de La Española volvieron a argumentar a favor de la necesidad de expandir la explotación de las supuestamente recién descubiertas y prometedoras "minas de plata" y de la necesidad de importar trabajadores negros esclavizados para trabajarlas. El gobernador C. Ovalle propuso a la Corona el establecimiento de una "aduana de negros" en Santo Domingo, pero fue en vano. [2] Luego, en enero del año siguiente, 1586, la expedición del pirata británico Francis Drake se llevó lo que Ovalle describió como “muchos” esclavos negros de los residentes de Santo Domingo. [3]

Aproximadamente una década después, en 1595 encontramos a otro gobernador, Lope de Vega Portocarrero, informando a la Corona que durante los tres años anteriores no había habido llegada de barcos negreros a la isla porque preferían ir a Cartagena de Indias y Tierra Firme, atraídos por la mejor calidad de la moneda allí y el mayor valor que obtendrían al vender los esclavos en ese mercado. Como las autoridades locales de La Española habían solicitado durante décadas, solicitó a la Corona un aprovisionamiento subvencionado de 1.000 negros esclavizados para los habitantes de la colonia, con un plazo de devolución de cuatro años, para que pudieran utilizar esos esclavos en las minas y las haciendas azucareras. [4] Al parecer en respuesta a las solicitudes de las autoridades de La Española, el 1 de abrilst, 1597 El príncipe Felipe de España (más tarde rey Felipe III) emitió una orden para enviar 1.000 negros y 100 colonos a La Española, pero toda la evidencia disponible indica que la orden nunca se puso en vigor y el nuevo siglo comenzaría sin cambios en este asunto. [5] Según Deive, esto movió el Audiencia of La Española hacer caso omiso de la vigilancia y el procesamiento contra el contrabando de negros esclavizados a los que muchos colonos habían estado recurriendo como fuente alternativa de fuerza de trabajo esclavizada. [6] Todavía en noviembre de 1601 el arzobispo Dávila y Padilla reiteraba la petición de 1.000 esclavos negros, para que “la tierra con sus riquezas llame gente que la defienda y habite”, argumentando que la falta de negros significaba que los colonos-residentes no podían aprovechar la riqueza mineral de la tierra. [7]


[1]  Lugo 1952: 56-58. Cited in Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, 1980, p. 97.

[2]  Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 40.

[3]  Demorizi, 1945, II, p. 24. Cited in Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 98.

[4]  The exact date of Ovalle’s communication was May 20, 1595. Incháustegui: III, 748. Cited in Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 40.

[5]  Utrera: 1978, I, 113. Cited in Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 41.

[6]  Lugo: 1952, 100. Cited in Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 41: “Ante tal situación, la Audiencia volvió las espaldas a las entradas clandestinas de negros, suspendiendo además los pleitos por ellas.” (“In view of such a situation, the Audiencia ignored the clandestine entries of Blacks, also ceasing trials against them.”)

[7]  Rodríguez Demorizi 1945, II: 194. Cited in Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 41.

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