La primera persona de ascendencia africana que se sabe que llegó a La Española en los tiempos modernos fue un tal Juan Moreno o Juan Prieto (Juan el Negro), un joven negro libre, según todos los indicios, que acompañó a Colón como sirviente en las expediciones de 1492 y 1493. (see Manuscript No. 003) y años más tarde, tras el paso de Colón y ya como un hombre más maduro bajo el nombre de Juan Portugués, se dedicó a la colonización de Centroamérica.[1] Durante las dos décadas que siguieron hubo casos de otros negros libres, de ambos sexos, que cruzaron el Atlántico hacia La Española por su propia voluntad como individuos libres, pero la mayoría de los casos registrados que conocemos son de negros traídos a la fuerza a la colonia por españoles u otros europeos que querían utilizarlos ya sea como trabajadores en actividades mineras en la búsqueda de oro o como sirvientes domésticos.
No conocemos ninguna otra evidencia directa del resto de la década de 1490 sobre la llegada real de los negros a La Española,[2] Pero hay indicios documentales indirectos desde 1497 de que los españoles podrían haber estado ya pensando en llevar a negros esclavizados a trabajar en La Española.[3] (see Manuscript No. 001)Una tradición oral local de los residentes de la ciudad de Santo Domingo, documentada por primera vez hasta bien entrado el siglo XVII, se refiere a una mujer negra que residía en la colonia antes de la llegada de la expedición colonizadora del gobernador colonial Nicolás de Ovando en 1502, quien era recordada por sus servicios médicos de curación y cuidado, brindados a los habitantes de la aldea primitiva desde su propia choza. (see Manuscript No. 060).
Por otro lado, hay un registro de 1499 que muestra que para entonces, la Corona española también estaba contemplando la posibilidad de que pudieran existir personas negras esclavizadas o esclavizables que pudieran ser residentes de algunos de los territorios al otro lado del Atlántico que estaban siendo explorados por otros marineros además de Cristóbal Colón que también estaban siendo alentados o apoyados por la Corona para hacerlo. En el texto de un capitulación o convenio con el marino Vicente Yañez Pinzón de 6 de junio de 1499, los oficiales que expidieron el documento a Yañez en nombre de los monarcas españoles mencionaron las cosas que este explorador podría encontrar y le sería permitido apoderarse en los territorios a visitar, indicando que “también os concedemos cualquier género de esclavos negros o morenos u otros de los que se tienen por esclavos en España y para los que haya razón de ser esclavos”. [4]. A similar item was included in a few more capitulaciones de 1500 y 1501 entre la Corona española y otros marineros exploradores. Pero pronto se eliminó de los acuerdos la disposición que permitía la captura y esclavización de las personas encontradas, posiblemente porque se hizo evidente que todos los nuevos pueblos con los que se encontraban los exploradores españoles o patrocinados por España no se habían encontrado previamente con europeos y no encajaban necesariamente en sus nociones preconcebidas de esclavización. [5]
Los dos primeros casos registrados de personas negras que viajaron a La Española después de 1493 que conocemos son los de dos hombres negros libres contratados en Sevilla en 1501 por dos empleadores diferentes para realizar trabajos como trabajadores asalariados en La Española. El primero, llamado Pedro, había sido previamente sirviente de un comerciante y, en una fecha indeterminada de ese año, fue contratado por un residente en Sevilla. El contrato cubría su viaje a La Española en un barco que estaba a punto de partir y sirvió a su empleador como trabajador durante dos años excavando en busca de oro o haciendo lo que se le pidiera a cambio de un salario de 6000 maravedis por año, comida y alojamiento “según lo que a los demás trabajadores se les da en la dicha isla” más la vigésima parte de todo el oro extraído, todo a pagar cada cuatro meses, y la comida a pagar desde el día en que partió el barco.[6] (see Manuscript No. 068)El segundo fue Andrés García, contratado el 13 de octubre.th viajar a La Española y trabajar allí durante cuatro años por un salario de 8.000 maravedís por año, sus gastos de viaje también están cubiertos por su empleador.[7]
Para el verano de 1501 hay evidencia firme de que los monarcas españoles ya estaban considerando utilizar el trabajo de los negros esclavizados en la colonización de La Española, como se ve en las instrucciones emitidas por los Reyes Católicos el 16 de septiembre.th De ese año al recién nombrado gobernador de La Española, Nicolás de Ovando, antes de su envío a la colonia. El punto 21 de estas instrucciones ordena a Ovando impedir la llegada a las Indias de no cristianos, pero permitir la entrada de esclavos, tanto negros como no negros, nacidos bajo el poder de cristianos (“no permitirás ni harás ir allá ni a moros, ni judíos, ni herejes, ni reconciliados, ni personas recién convertidas a nuestra fe, salvo que fuesen esclavos negros u otros esclavos nacidos bajo el poder de cristianos, que son nuestros súbditos y naturales”). [8] (see Manuscript No. 005)
La preocupación por evitar la llegada de no cristianos a La Española ya había sido transmitida por la Corona poco antes en un acuerdo del 5 de septiembre.th de 1501 con un tal Luis de Arriaga que en ese momento preparaba una expedición colonizadora a La Española. Y se reiteraría en otra orden a Ovando del 15 de febrero.th of 1502.[9] En cuanto a la referencia explícita en los documentos a los “esclavos negros” como habitantes aceptables de la nueva colonia, parece mostrar el posible inicio ya en esta etapa temprana de un proceso de racialización en el que la imagen de los negros comenzó a asociarse con el estatus de esclavitud al menos en las mentes de algunos miembros de la élite real española.
Una cláusula similar se incluyó en algunos acuerdos adicionales. capitulaciones de 1500 y 1501 entre la Corona española y otros marineros-exploradores. Pero pronto la autorización de la captura y esclavización de los pueblos encontrados se eliminó de estos contratos-acuerdos, posiblemente a medida que se hizo cada vez más evidente que todos los pueblos con los que los exploradores españoles o aquellos apoyados por la Corona española entraban en contacto eran desconocidos para los europeos y no necesariamente representaban las condiciones que a los ojos de los europeos los harían esclavizables.
[1] El historiador Luis Gil Fernández fue el primero en dar a conocer la historia de Juan Portugués. La primera mención registrada de la presencia de Juan Portugués en América es una declaración de 1500 generada como parte del juicio iniciado contra Cristóbal Colón en nombre de la Corona por el recién nombrado gobernador de La Española, Francisco de Bobadilla, encontrada por la archivista Isabel Aguirre y estudiada por la historiadora Consuelo Varela Bueno, donde se identifica al hombre como Juan Moreno o Juan Prieto. (Consuelo Varela Bueno e Isabel Aguirre: La caída de Cristóbal Colón. El juicio de Bobadilla, Madrid: Marcial Pons, Ediciones de Historia, 2006, p. 155). The original manuscript, “pesquisa de Bobadilla,” is in the section Incorporado Juros del Archivo General de Simancas, (p. 178). La mención de Juan Moreno en fo. 14r. del manuscrito original, p. 207 de la edición de Varela: “Yten, dize que a un Juan Moreno que fue a caçar con un perro para la despensa del Almirante, e porque no traxo mucha caça le mandó dar cient açotes, los quales le dio un yndio, e el mismo Moreno le dio el pregón yendo a pie e desnudo diziendo que gelos mandava dar por vellaco”. “N.M.: Juan Moreno fue açotado porque fue a caçar y por vellaco.”] y también en la “Segunda parte. Resumen de los casos de justicia”, fo. 4v., pág. 246 en la edición de Varela. En la beca de idioma inglés, la primera mención de una persona negra que viaja con Columbus que conocemos es El Caribe: Una historia de la región y sus pueblos, editado por Stephan Palmié y Francisco A. Scarano (Chicago; Londres: The University of Chicago Press, 2011).
[2] En años recientes los arqueólogos han comenzado a mirar más de cerca los restos más antiguos conocidos de asentamiento europeo de tipo urbano en las Américas, La Isabela, en la región norte costera de la actual República Dominicana, fundada por Colón y sus acompañantes durante su segunda visita a La Española en 1493. Algunos de los esqueletos humanos encontrados en el yacimiento han sido identificados en principio como africanos.
[3] Una Real Cédula de 1497 menciona una solicitud que los colonos de La Española ya le habían presentado por entonces a la Corona, solicitando acceso a tierras en las que construir ingenios azucareros, una empresa que por entonces era conocida por su uso de fuerza laborar negra esclavizada, como ya era el caso en las Islas Madera y en las Islas Canarias.
[4] El original en español dice: […] “e asymismo vos fases merced de toda manera desclavos negros o loros o otros de los que en España son tenidos por esclavos e que por razón lo deven ser”. Demetrio Ramos, Las capitulaciones de descubrimiento y rescates. Serie Cuadernos Colombianos. Valladolid: Publicaciones de la Casa-Museo de Colón y Seminario Americanista de la Universidad, 1981; Capitulación to Vicente Yañez Pinzón, June 6, 1499, p. 14; Capitulación to Alonso Velez de Mendoza, June 5, 1500, p. 16; Comparecencias (addenda) al acuerdo, 20 de julio de 1500, pág. 19; Asiento with Rodrigo de Bastidas, June 5, 1500, p. 25; Capitulación con Alonso de Ojeda, prohibiendo explícitamente la captura de esclavos. 8 de junio de 1501, pág. 30. El otro capitulación con Vicente Yáñez Pinzón, 5 de septiembre de 1501, prohibiendo también explícitamente la captura de esclavos, pág. 35.
[5] Demetrio Ramos, La explotación del éxito colombino con el sistema de viajes de “descubrimiento y rescate”. Madrid: Testimonio Compañía Editorial, 1992. Capitulación con Vicente Yáñez Pinzón, June 6, 1499. Capitulación expedida a Alonso Véles de Mendoza, 5 de junio de 1500 y adenda de 20 de julio de 1500. También capitulación También se le concedió a Rodrigo de Bastidas el 5 de junio. El permiso para esclavizar personas en los territorios a explorar estaba, sin embargo, sujeto a una restricción, en forma de requisito de aprobación previa de la Corona, en un capitulación o acuerdo con el explorador Alonso de Ojeda el 8 de junio de 1501. En otro acuerdo otorgado a Vicente Yañez Pinzón el 5 de septiembre de 1501 se menciona explícitamente la posibilidad de capturar personas como esclavos en las tierras exploradas.
[6] Citado en Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo (1492-1844). Vol. 1. Santo Domingo: Museo del Hombre Dominicano, 1980, p. 21-22.
[7] Citado en Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo (1492-1844). Vol. 1. Santo Domingo: Museo del Hombre Dominicano, 1980, p. 21-22.
[8] Archivo General de Indias, Indiferente, 418, L. 1, F. 39r-42r. “No consintereys ni dareys lugar que alla vayan moros ni judios ni herejes ni reconçillados ni personas convertidas a nuestra fee salvo si fueren esclavos negros o otros esclavos que ayan nacido en poder de cristianos nuestros”.
[9] La asiento o acuerdo con Luis de Arriaga que le autoriza a liderar una expedición colonizadora a La Española se encuentra en Archivo General de Indias, Indiferente, Legajo 418, Libro 1, fo. 33r., y la mención en él de la prohibición contra los no cristianos está en fo. 34v. La reiteración de la prohibición de 1502 que prohibía a los no cristianos ir a las Indias se encuentra en Archivo General de Indias, Indiferente, Legajo 418, Libro 1.
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