Los PRIMEROS NEGROS eN LAS AMERICAS

La Presencia Africana en la República Dominicana

Comercio "legal" e "ilegal" de esclavos

A medida que continuó la temprana importación de negros en La Española durante la segunda década de la colonización española, el año 1506 registró el primer indicio documentado de lo que se convertiría en una de los rasgos históricos de la esclavización de negros en la colonia durante el siglo entero: la entrada de negros contrabandeados a la isla. [1] De ese año es una orden dada por la Corona española que expresaba una sospecha de que ya estaba teniendo lugar un contrabando de esclavos no-cristianos (bozales) a La Española a pesar de la explícita prohibición por la misma Corona. Se fijó un castigo con una multa de 1,000 pesos contra quienes violaran esta ley o, en caso de no-pago, de cien azotes. [2]

La gran mayoría de los casos de negros de La Española del siglo dieciséis sobre quienes tenemos un registro archivístico más o menos detallado son aquellos que llegaron a la colonia en los viajes autorizados y controlados oficialmente, los equivalentes a lo que habitualmente describimos hoy como viajeros documentados. Una de las primeras licencias documentadas para transportar negros esclavizados se concedió en septiembre de 1502.[3]. Pero a lo largo del siglo, como resultado de la caía del número de barcos españoles que llegaban y salían de la isla que podían llevar las importaciones necesarias y sacar las exportaciones, se desarrolló una creciente importación ilegal o contrabandeada de africanos negros hacia la isla-colonia hata convertirse en una práctica abierta de contrabando que, hacia el cuarto final del siglo, adquirió muy amplias proporciones. (Usando una terminología ya empleada desde décadas antes en los contactos e intercambios marítimos  ibéricos con las sociedades de la costa occidental africana, las mercancías contrabandeadas de todo tipo así como las ocasiones mismas para el contrabando se denominaron en La Española rescates porque fueron frecuentemente consecuencia del trueque más que de la compra-venta basada en moneda.) En 1555, por ejemplo, las autoridades de Santo Domingo confiscaron bajo sospecha de contrabando una nave portuguesa que apareció en la costa de La Española con un cargamento de africanos negros esclavizados, justificando su gran desvío hacia el oeste a través del Atlántico hasta La Española en la necesidad de realizar reparaciones imprescindibles al barco antes de poder continuar su viaje a Portugal. (Véase Manuscrito No. 044)

La condición colonial de la población de La Española, con un alto nivel de dependencia respecto a importaciones de la metrópolis para su consumo, requería mano de obra abundante para producir las exportaciones que garantizaría la compra de las importaciones necesarias, requería constantement un número mayor de esclavos y, desde sus tempranos comienzos y durante todo el siglo, los colonos de La Española y los hijos de los colonos paracen haber estado siempre hambrientos de más esclavos independientemente de la legalidad en la manera de adquirirlos.

Para los negros libres que viajaban legalmente a La Española durante el siglo XVI, como en el caso de las personas libres en general, el requisito básico aparte del pago del pasaje en el barco, era la compra de una licencia real o gubernamental para viajar, lo que implicaba también mostrar prueba de la identidad propia presentando testigos, y demostrando que uno no pertenecía a ninguna de las categorías étnicas o sociales a las que la Corona española prohibía el viajar al nuevo mundo. Para los negros esclavizados llevados en pequeñas cantidades al otro lado del Atlántico por dueños o amos españoles (digamos entre una y dos docenas) el dueño debía pagar a la Corona una licencia o tarifa por cada "pieza" o "cabeza" de esclavo o esclava transportado además del pasaje para cada uno. Sabemos de docenas y docenas de negros esclavizados individuales que fueron llevados a La Española de esta manera durante el siglo XVI. Entre tanto, algunos individuos políticamente conectados o económicamente poderosos, españoles o no, incluyendo burócatas de algo rango de la Corona o asociados a su corte, y grandes financistas o comerciantes podían aprovechar el privilegio de comprar un asiento o permiso para importar en La Española y otros lugares de las Indias cientos de negros esclavizados, fuese en un solo envío masivo o en varias entregas durante cierto número de años, para entonces venderlos en las colonias a cambio de una ganancia.

El puerto de entrada de los negros que llegaban a La Española legalmente (o sea, bajo una licencia o asiento oficiales) durante el siglo XVI era normalmente el de la ciudad de Santo Domingo, la capital colonial junto al puerto del Río Ozama. Era el principal puerto oficial de la colonia de acuerdo con las leyes imperiales de monopolio comercial marítimo españolas. En el caso de negros esclavizados que llegaban acompañados por sus amos o por representantes o relacionados de sus amos, a estos últimos se les permitiría desembarcar a los esclavos después de mostrar su licencia de esclavos emitidas en España. En el caso de cantidades mayores de negros esclavizados que llegaban tanto legalmente bajo un asiento, o capturados por las autoridades españolas en las costas de la isla bajo sospecha de ser mercancía contrabandeada, sin un documento de asiento o licencia legales, los esclavos eran trasladados de la embarcación a algún lugar de retención en las Atarazanas o almacen real junto al puerto y dentro de la ciudad amurallada o en alguna otra edificación convertida en almacen improvisado. De allí serían entregados a sus propietarios o traficantes o, si habían sido confiscados como contrabando, subastados por las autoridades locales. (Véase Manuscrito No. 053)

Izquierda: Vista exterior de las Atarazanas o almacenes coloniales en la ciudad de Santo Domingo. 

En mayo de 1509, en sus instrucciones al nuevo Gobernadro designado en La Española Diego Colón, uno de los hijos de Cristóbal Colón, la Corona reiteró (véase Manuscrito No. 040) la orden anterior dada al gobernador Ovando en 1501 de restringir la importación de "negros u otros esclavos  .[4] La reiteración de la orden parece un indicio de que la Corona sabía que el contrabando o estaba ocurriendo o era probable que ocurriera.

A medida que la población aborígen fue muriendo debido a enfermedades y trabajos forzados, la administración colonial y la Corona empezaron a permitir la introducción de africanos bozales. A fines de 1509 o comienzos de 1510, el Rey Fernando ordenó a la Casa de Contratación enviar 50 "esclavos" para trabajar en las minas de que el Rey se había apropiado para sí mismo en La Española.[5] En un documento del 22 de enero de ese año el Rey reiteró la orden, instruyendo a los funcionarios reales en España que los esclavos debían ser "los mayores e más recios que podiérades haber" y que los enviaran lo más pronto posible.[6]. Existen indicios de que inicialmente se enviaron 36 esclavos.[7] Según otra fuente otros cien fueron enviados en abril de ese mismo año. [8] Estos negros fueron comprados en Lisboa gracias a capitales privados obtenidos por algunos de los funcionarios de la Corona. El hecho de que estos negros no cumplían con el perfil de negros nacidos o criados bajo control de españoles, constituyó una desviación respecto a ese objetivo, el requisito religioso dejado de lado, por lo menos en esta ocasión, a cambio de una conveniencia económica. [9]

En la primavera de 1511 el rey de España expresó preocupación por informes de que muchos individuos calificados para recibir licencia con la que "pasar" a las nuevas colonias estaban siendo impedidos de hacerlo por los funcionarios de la Casa de la Contratación de Sevilla. Entendiendo que esto dañaba los intereses de la Corona, el monarca emitió un conjunto adicional de instrucciones a este organismo en las cuales, entre otros asuntos, les ordenaba a estos funcionarios asegurarse de permitir a los antiguos esclavos blancos o negros que pudieran probar su libertad y su capacidad de trabajar, el ir a las Indias si así lo deseaban. [10] En una carta del 6 de julio de 1511 al tesorero real de La Española Miguel de Pasamonte, el rey confirmaba la presencia de un número indeterminado de esclavos negros que estaban trabajando en las minas de La Española junto a los trabajadores aborígenes. [11] (Véase Manuscrito No. 039) En otra carta escrita en julio, el rey volvió a confirmar implícitamente la presencia de estos esclavos al lamententarse de la muerte inexplicada de un número de esclavos negros, ordenando al funcionario responsable de supervisar las minas a asegurarse de que "sean bien tratados" y "para que por falta de buen recabdo no se mueran y que estén sanos y buenos para servir y trabajar en las minas”. [12] (Véase Manuscrito No. 038) Finalmente en otra comunicación en la Casa de la Contratación en octubre, encontramos la mención de un cargamento de esclavos negros que había sido enviado por la Corona aproximadamente un año y medio antes, posiblemente en la primavera o verano de 1510. [13] (Véase Manuscrito No. 012)

Además, parece que por entonces (1511) prevalecía entre los colonos una noción de que el trabajo hecho por negros esclavizados era mucho más productivo que el hecho por trabajadores aborígenes, y ésto contribuyó a un incremento de la demanda de negros esclavizados. [14] Los individuos particulares, entre ellos funcionarios de alto rango de la Corona o miembros de la aristocracia cada vez más frecuentemente llevaban con ellos o enviaban pequeños números de negros a La Española bajo licencias emitidas por la Corona misma en la década de 1510. (Véase Manuscrito No. 014) 

El 26 de septiembre de 1513 la Corona hizo una concepción especial a los colonos de La Española de manera que cada uno de ellos pudiera importar de Castilla una esclava cristianizada para el servicio doméstico en la colonia. El rey explícitamente recomendó la importación de mujeres esclavizadas al tesorero colonial de La Española Pasamonte ordenándole: “provease esclavas que, casándose con los esclavos que hay, den estos menos sospechas de alzamiento". [15] (Véase Manuscrito No. 022)

Se ha señalado que aproximadamente a partir de 1513 se manifestaron en La Española percepciones divergentes respecto a la importación de esclavos entre los miembros de la burocracia colonial (como el tesorero Pasamontes) por un lado, preocupados sobre todo por el orden social y que recomendaban una suspeción de la importación de esclavos para reducir la probabilidad de rebeliones, y por otro, aquellos colonos cuya principal preocupación era su supervivencia económica, y que consideraban la disponibilidad de mano de obra esclava como fundamental, y se sentían aparentemente menos preocupados por tener que lidiar eventualmente con la resistencia o insubordinación esclavas.[16] Pero en 1514 encontramos a la Corona persistiendo en la autorización de licencias a algunos individuos para importar pequeñas cantidades de esclavos (digamos, entre uno y seis) a La Española. [17] Y existe evidencia que muestra que por esa fecha algunos funcionarios del gobierno colonial, como el contador (otro de los funcionarios del fisco) de la ciudad de Santo Domingo Gil González Dávila estaban claramente a favor de la importación de negros esclavizados, que el recomendaba como un paso básico para enfrentar la crisis de la minería del oro que ocurría en ese momento en la colonia. [18]

En enero de 1516 falleció el Rey Fernando [19] y fue sustituido por un regente el Cardenal Cisneros, designado para gobernar hasta que el heredero de la Corona, el joven Carlos (luego proclamado Carlos V de España y I de Alemania) alcanzara la edad legal para ser rey. El regente Cisneros ordenó la detención de la importación de esclavos en La Española y otros territorios, posiblemente como un intento, según algunos autores, como un intento de prevenir el contrabando de esclavos hasta que se establecieran sistemas de control más eficientes a las importaciones. Pero esta orden duró muy poco, y al momento de fallecer Cisneros en noviembre de 1517 se dice que el comercio de negros ya había recomenzado. [20] La presunción inicial era que los bozales opondrían menos resistencia a la esclavitud, pero ya en 1528 como lo muestran el nuevo conjunto de ordenanzas emitidos sobre el asunto, éstos estaban participando en las huídas tanto como los ladinos. [21]

El 20 de diciembre de 1518, llegaron a La Española tres frailes jerónimos como nuevo trío de gobernadores designados antes por el regente Cisneros. [22] Entre sus cometidos estaba la labor de reagrupar a la población taína en comunidades independientes libres del control de los encomenderos, los colonos españoles que hasta entonces habían sidos proveídos con cantidades de aborígenes como trabajadores forzados por las autoridades coloniales. Esto provocó gran descontento entre la población de encomenderos. Otra circunstancia enfrentada por los jerónimos fue la constante salida de muchos miembros de la población colonizadora blanca. como salida al impacto negativo de la crisis de producción de oro y de la emigración de blancos hacia fuera de la isla, los jerónimos propusieron el desarrollo de la agricultura, especialmente en la forma de producción de azúcar de caña, y de un incremento en la importación de mano de obra africana negra esclavizada para trabajar en ella.

Una vez Carlos V accedió al trono del creciente imperio, envío al juez-oidor Rodrigo de Figueroa a La Española para supervisar e impulsar más el negocio del azúcar de caña. El juez Figueroa debía facilitar capital y flexibilizar las restricciones coloniales a fin de aumentar la producción de azúcar. En ese momento esta expansión significaba necesariamente la importación de más población negra esclavizada.


[1]  Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo (1492-1844), Vol. I, Santo Domingo: Museo del Hombre Dominicano, 1980, p. 25.

[2]  Saco, 1938: I, 98. Citado en Deive, Vol. I, p. 25.

[3]  La licencia para transportar “tantos negros como quieran” se concedió el 12 de septiembre, 1502 a dos funcionarios de la Corona, Juan Sánchez, tesorero real, y Alonso Bravo, guardián personal de la reina, según Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p.22.

[4]  Diego Colón había sido designado gobernador el 9 de agosto de 1508. Las instrucciones que le dió la Corona se promulgaron el 3 de mayo de 1509. En esa misma fecha el rey, en una orden dirigida al gobernador saliente Ovando, había reiterado su preocupación por la aceptación en las Indias de "extranjeros" sin licencia real y no cristianos o sus inmediatos descendientes indicando y aludiendo a que ambas restricciones habían sido violadas bajo el gobierno de Ovando. El rey menciona un negociante genovés activo en Santo Domingo y ordena que sea castigado con la confiscación de sus bienes; menciona también a los no-cristianos como si de hecho hubiese algunos en la isla cuando prohibió la presencia de "los que alla en esa ysla estavan como para los que despues fueren”). See Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 28.

[5]  Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 28-29. Este interés de parte del rey coincidió con solicitudes sobre lo mismo de parte de los funcionarios coloniales de La Española que de acuerdo a una comunicación del monarca habían señalado la necesidad de un número similar de esclavos en la isla para "romper las peñas donde el dicho oro se halla porque los indios diz que son muy flacos e de poca fuerza".

[6]  La orden real emitida el 22 de enero de 1510 se refería a una anterior enviado “en días pasados”. Chacón y Calvo: VII, 217. Citado en Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 29.

[7]  Saco: II, 104. Citado en Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 29. 

[8]  Ayala, I, 372. Citado en Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 29.

[9]  Este cargamento puede haber sido también en respuesta a los colonos de la ciudad de Santo Domingo que habían estado comunicándose con la corona de España para pedirle por primera vez ser eximidos del pago de un impuesto al importar negros esclavizados a la colonia, de modo que la extracción de oro pudiera crecer, implicando por lo tanto, que una reducción de los impuestos estimularía un aumento en la importación de esclavos. Rodríguez Demorizi 1978a, 79. Citado en Deive, p. 30.

[10]  La fecha exacta de las instrucciones es 18 de mayo de 1511. Archivo General de Indias, INDIFERENTE, 418,L.3, fo. 1v.

[11]  Archivo General de Indias, INDIFERENTE,418,L.3, fo. 84v.

[12]  La carta estaba fechada en Sevilla a 21 de julio de 1511. El texto original en español dice, refiriéndose a los esclavos: “trabajad como sean bien tratados asy de mantenimientos como de camas para que por falta de buen Recabdo no Se mueran y que esten sanos y buenos para servir y trabajar en las minas”. El original se puede leer en PARES, Archivo General de Indias, INDIFERENTE,418,L.3, fo.89r.

[13]  Archivo General de Indias, INDIFERENTE,418,L.3, fo. 181v.

[14]  Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 31.

[15]  La fecha exacta citada para esta carta es 26 de septiembre de 1513. El texto original en español dice: “provease esclavas que, casándose con los esclavos que hay den estos menos sospechas de alzamiento". Larrazábal, 1975, 16. Citado en Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 32. Esta declaración puede indicar como dice Deive, las intenciones de fondo de la Corona con esta introducción de mujeres esclavizadas. (Deive, p. 33).

[16]  Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 33-34.

[17]  Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 31-32.

[18]  Carlos Esteban Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 34.

[19]  La fecha exacta del fallecimiento del rey Fernando fue el 23 de enero de 1516. CODOIN I, 332-47. Citado en Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 34. 

[20]  El fallecimiento de Cisneros ocurrió el 18 de noviembre, 1517. Deive indica que esta fue el momento de la primera importación de esclavos bozales, pero como se ha mostrado antes, esclavos no cristianos habían sido enviados a las Indias desde al menos 1504.

[21]  Malagón, p. 128. Citado en Deive, La esclavitud del negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 34-35.

[22]  Carlos Esteban Deive, La Esclavitud del Negro en Santo Domingo, Vol. I, p. 36. Los frailes-gobernadores fueron designados por el regente Cisneros aproximadamente un año antes el 18 de diciembre de 1517.