Comentario No. 032
- manuscrito
- transcripcion
- comentario
- manuscrito & transcripcion
Fecha: 1538, abril 10. Santo Domingo, La Española.
Tema: Comentario hecho por la Real Audiencia de Santo Domingo sobre el uso de la fuerza de trabajo negra esclavizada en la construcción de las principales estructuras defensivas de la Ciudad de Santo Domingo.
Fuente: PARES, Portal de Archivos Españoles, Archivo General de Indias, SANTO_DOMINGO,49, R.9,N.59
En 1538 los oidores de la Audiencia en La Española ensalzaban el puerto de la ciudad de Santo Domingo por ser, en su opinión, “toda la fuerza y defensa de estas Indias”, alertando a la Corona de que si fuera tomado por enemigos, “correría mucho riesgo todo lo demás”. Los oidores decían tener confianza en que, debido a la estructura natural del puerto, flanqueado por dos alturas rocosas, era improbable que barcos enemigos pudieran acceder a la ciudad a través de él. Al mismo tiempo, las tierras llanas y relativamente bajas y abiertas localizadas inmediatamente al oeste de la ciudad (y más específicamente una pequeña playa “a media legua de esta ciudad” estaban consideradas muy fácilmente accesibles militarmente por la costa un poco más al oeste, y por lo tanto un flanco débil de las defensas de la ciudad.
Estos llanos al oeste de Santo Domingo se extendían un millar de pasos desde la costa hasta las elevaciones más cercanas hacia el norte, y los funcionarios de la ciudad informaron orgullosamente a la Corona que se había cavado una zanja a lo largo de todo ese espacio veinte pies de ancho y de dos estados de profundidad, más una pared de tierra y madera de otros dos estados de alto y dieciséis pies de anchura que se había elevado junto a la orilla de la zanja usando el material excavado, haciendo el ascenso desde el fondo de la zanja unos dos estados que tendrían que superar cualesquier potenciales asaltantes. Los oidores también informaron que estaban en proceso de construcción cuatro bastiones sobre los que se podría poner alguna artillería a lo largo de esa misma fachada de la ciudad.
La mayor parte de este trabajo constructivo defensivo, decían de pasada las autoridades coloniales en su comunicación, “se ha hecho con algunos negros” que habían sido “repartido entre los vecinos” de la ciudad, y que “han servido poco más de mes y medio”. Lo que quedaba por terminar de los baluartes iba a ser erigido igualmente “con los negros que la ciudad tiene”.
Tres décadas después de la primera mención del uso de negros esclavizados para los inicios de la construcción de las murallas defensivas de la Ciudad de Santo Domingo, la contribución de los trabajadores negros seguía siendo fundamental para la defensa militar (y por tanto la supervivencia) de la capital de La Española. Lo que quiere decir que lo que queda y aún hoy podemos ver de esas antiguas murallas de la ciudad colonial tiene por todas partes la huella de las manos de esos primeros negros que vivieron en La Española en el siglo XVI.